De asfáltica superventas a endurera de los ’80, así es la transformación que Capelo’s Garage & Elemental Rides han concebido sobre esta Yamaha XSR700.
A estas alturas a nadie se le escapa que la Yamaha XSR700, además de una magnífica moto de iniciación apta para el carnet A2, es una excelente base de personalización. Algo a lo que también ha colaborado el programa Yard Built de Yamaha. Poniendo a disposición de los mejores preparadores del mundo los modelos de la saga Sport Heritage, como base de inspiración para sus proyectos. En 2019 la temática Back to the dirt (Vuelta a la tierra), del proyecto, ha desencadenado un aluvión de preparaciones con estética scrambler, trail, hasta llegar al enduro clásico de esta Yamaha XSR TT700.
Esta Yamaha XSR700 es obra de los constructores portugueses Capelo’s Garage & Elemental Rides, que han unido fuerzas para llevar a cabo esta metamorfosis, inspirándose en las Yamah XT de finales de los ’70. Respetando el chasis de la XSR700 y con leves ajustes en las geometrías de la moto, para adaptarla a un uso más off road, la moto monta un equipo de suspensiones Showa con más recorrido, con el que se aumenta considerablemente la distancia libre al suelo. Un único disco en la parte delantera sustituye al dúo del modelo original, reduciéndose el peso no suspendido, sin sacrificar efectividad en el sistema. Eso sí, se han decidido a eliminar el ABS (disponible de serie) para que la experiencia sobre tierra sea lo más auténtica posible. Las llantas, por su parte, pasan a ser de radios con neumáticos de tacos.
El brioso motor de la XSR se mantiene intacto, considerando que los 74,8 CV que rinde el bicilíndrico son más que suficientes para el uso al que va destinada. Únicamente se han modificado levemente los desarrollos, añadiendo una corona trasera más grande. Un nuevo escape 2 en 1 en acero inoxidable, con salida por el flanco izquierdo, se encargará de la banda sonora de esta retro enduro.
Y por supuesto, no podemos pasar por alto el radical cambio de look de la moto, gracias a una carrocería construida en aluminio. Su evidente inspiración en los modelos de los diapasones, de la década de los ’70 y ’80 (XT500 y XT350), nos obsequia con elementos como el depósito con forma de lágrima, o el característico faro cuadrado de la época. Además, cuenta con multitud de detalles, fabricados exprofeso para esta unidad: cubre cárter y cubre radiador artesanales, reposapiés y manetas reforzados, una original iluminación posterior sobre el guardabarros trasero y hasta dos asientos diferentes, en función de si hacemos un uso asfáltico, o endurero de la moto.