Una vez más, Pepo Rosell nos sorprende con otra de sus contundentes creaciones, está vez con un profundo aroma británico.
La primera vez que me topé con este cohete tierra-tierra cara a cara, fue en la segunda edición de Parking 64. Acompañada de su “hermanastra” Pata Negra, brutal, las dos eclipsaban prácticamente por completo todas las creaciones de la feria. Tras varias semanas con los ojos en blanco, a día de hoy no he conseguido decidirme sobre cual de las dos me gusta más. Pero dejando a un lado la parte estética (las dos son preciosas), la base conceptual de esta Rocket 3 me tiene cautivado.
En 1951 BSA, gigante británico en aquel momento en la fabricación de motocicletas, adquirió Triumph en un movimiento que quizás significó el inicio del declive de la firma. Unos años más tarde, a mediados de los ‘60, movidos por la necesidad ampliar su gama mas allá de de los bicilíndircos de 650cc, Triumph comenzó con el desarrollo de un nuevo propulsor tricilíndrico de 750cc, que equiparía la Trident. Dirigido principalmente al mercado americano, con él pretendían adelantarse a la vorágine de superbikes del sol naciente. Fruto en parte de la envidia, y en un intento de resucitar la firma (gravemente herida por el éxito de Triumph), BSA decidió aprovechar este desarrollo y equipar una de sus motos con un motor derivado de la Trident. Fue ahí cuando nació la Rocket 3 en un intento fallido de plantar cara a la Honda CB750, que irrumpió en el mercado pisado fuerte. Pero eso es otra historia…
La base elegida es una Triumph Legend TT 900 del año 2000,
a la que Pepo ha conseguido dar una vuelta de tuerca,
hasta dar lugar a esta radical moto de carreras.
Como resultado de la sinergia Triumph/BSA, surgieron los respectivos modelos de competición de cada una de las tricilíndricas. Si bien no podemos hablar de un palmarés “de record”, ambos modelos consiguieron las últimas victorias en competiciones profesionales para ambas firmas. En 1971 Dick Mann subió a lo más alto del podium, en las 200 Millas de Daytona, sobre una Rocket 3. Aquel año , nombres de la categoría de Mike Hailwood o Paul Smart exprimían también en la pista las mecánicas tricilindricas de BSA.
Con este pequeño repaso al pasado, algunos entenderán mucho mejor por qué este tributo a la BSA Rocket 3, que consiguió las 200 Millas de Daytona en el ‘71, está formada casi en su totalidad por elementos fabricados en Hinckley. La base elegida es una Triumph Legend TT 900 del año 2000. Una naked con un leve aspecto clásico (de dudoso gusto) y equipada con el mismo tricilíndrico de la Thunderbird, a la que Pepo ha conseguido dar una vuelta de tuerca, como solo él sabe, hasta dar lugar a esta radical moto de carreras.
Partiendo de ahí, era necesario acudir a donantes con ciertas aspiraciones deportivas, para que esta moto funcionase acorde con su estética. El tren delantero proviene de una Daytona 675R: la horquilla Öhlins , las pinzas radiales firmadas por Brembo y el guardabarros en fibra de carbono. Del mismo origen son las dos llantas de aluminio forjado, en ese color dorado que tanto le favorece, y el equipo del freno trasero. Tanto el chasis como el basculante, ambos originales, han sido profundamente reforzados para soportar el intensivo uso en circuito que se le va a dar a esta máquina. Mientras que el subchasis mototubo de sección rectangular, de fabricación artesanal, está perforado buscando reducir su peso al máximo. La suspensión trasera, por su parte, se confía a un monoamortiguador firmado por YSS.No podemos dejarnos en el tintero elementos como, las bombas de freno y embrague, heredadas de una Ducati 1098; las manetas regulables y plegables, realizadas ex profeso por XTR; o las parejas de semimanillares y estriberas, en aluminio CNC, también de fabricación propia.
Una verdadera obra de arte,
apoyada en la historia del motociclismo británico,
llevada hasta el extremo por las manos de un artesano.
El tricilíndrico de 900cc ha sido profundamente revisado, buscando mejores prestaciones, y se han modificado los conductos de admisión y escape. Unos filtros de aire tronco cónicos, DNA, ayudan a suministrar aire suficiente a la batería de carburadores Keihin, para que esta mecánica triple funcione como es debido. Por su parte, para el sistema de escape han combinado los colectores de una Speed Triple, con un silencioso Super Mario. Anclado al semimanillar derecho, un puño de gas rápido Domino permite controlar la respuesta del motor Triumph.
Carenado, cúpula y el minúsculo colín, han sido confeccionados por XTR. Por su parte, el depósito, es una unidad proveniente de una Suzuki Bandit, profundamente modificado y al que se le ha acoplado un tapón de una Laverda. El excelente trabajo de pintura, como viene siento habitual en las creaciones extremas del constructor madrileño, lo ha realizado Pintumoto; respetando los colores (granate/blanco) y el esquema original de la BSA de competición de principios de los ‘70.
Sin duda una verdadera obra de arte, apoyada en la historia del motociclismo británico, llevada hasta el extremo por las manos de un artesano: XTR Pepo.